El miedo como síntoma de evolución
La inteligencia artificial y nuestro instinto de supervivencia
Gera Albanese
7/6/20252 min read


A lo largo de la historia, cada vez que la humanidad se ha enfrentado a una disrupción tecnológica, ha emergido un viejo conocido: el miedo. Temor a lo desconocido, a lo incontrolable, a perder el lugar que creemos ocupar en el mundo.
Pasó con la industrialización, cuando se pensó que las máquinas eliminarían el trabajo humano. Con el teléfono, la radio, la televisión, Internet. Siempre que un nuevo lenguaje o extensión de nuestras capacidades aparecía, surgía una sensación de amenaza a lo que era "natural", "auténtico" o "humano". Y sin embargo, seguimos acá.
Yuval Noah Harari, en Sapiens, explica que una de las características que definió el salto del Homo sapiens sobre otras especies fue su capacidad de adaptación narrativa: pudimos crear mitos, religiones, sistemas económicos e ideas compartidas para sobrevivir y organizar la complejidad. En Homo Deus, Harari va más allá y plantea el nacimiento de una nueva era: la del Homo Deus, una humanidad obsesionada no con la supervivencia, sino con la perfección, la inmortalidad, la eficiencia... y ahora, con la inteligencia artificial.
Entonces, ¿por qué tememos a la IA?
Porque una parte de nosotros intuye que este avance no es sólo una herramienta más, sino un espejo de nuestras aspiraciones más profundas: delegar, automatizar, pensar más rápido, equivocarnos menos. Pero también revela nuestros dilemas éticos, nuestros sesgos, nuestra fragilidad.
La naturaleza —dice la biología evolutiva— responde ante el cambio con tres opciones: adaptarse, migrar o extinguirse. Y la IA no es una amenaza externa: es nuestra creación. Un producto de nuestra inteligencia, de nuestros algoritmos y aprendizajes.
Lo que está en juego no es si la IA “nos va a reemplazar”. Lo que está en juego es cómo elegimos evolucionar con ella: ¿la pondremos a nuestro servicio, como hicimos con la imprenta, el reloj o el telescopio? ¿O seguiremos temiéndola desde la nostalgia de un pasado que ya no existe?
Si algo ha demostrado nuestra especie es que el miedo no siempre es señal de peligro, sino de transformación. Y que cuando aprendemos a mirarlo de frente, el miedo se convierte en impulso.
La IA no es el fin del Homo sapiens. Puede ser el comienzo de su siguiente versión.